Armando Mateos. Director General de Itesal _ 1. Pensando en lo que yo he vivido, no hace muchos años era muy complicado el acceso de la mujer al trabajo en una industria. Hasta muy avanzados los años 80, no hace tanto, el rol principal de la mujer era el de ama de casa, un gran trabajo sin remuneración (sigue sin remuneración), y con una carga importantísima de responsabilidad para llevar adelante la educación de los hijos, porque los hombres son los que estaban fuera de casa trabajando, bien en el campo, bien en la ganadería, bien en la industria. Ahora es ya muy diferente. El avance ha sido muy rápido y la mujer se ha incorporado ya, plenamente, al mercado de trabajo; y además, ocupando en muchas empresas puestos de responsabilidad en los que antes solo se veían hombres. También se ha conseguido plena escolarización de las mujeres, espero que ya esté superado lo de los matrimonios precoces y acordados, la mujer tiene cargos importantes en los parlamentos de cualquier Estado, puestos de auténtico liderazgo… Vamos, el avance ha sido rápido y muy intenso. La igualdad de género es un derecho fundamental, y como tal hay que tratarlo y considerarlo. Sin ambigüedades.
2. No hablaría tanto de la igualdad en el número, sino de la igualdad de oportunidades. Cualquier persona, por supuesto la mujer, con una formación y experiencia similares, no deberían ser discriminados para la ocupación de un determinado puesto de trabajo. Creo que hay que seguir avanzando en que se globalice y se consolide esta igualdad de oportunidades. Veo, en prensa, a alguna mujer que renuncia a su carrera profesional. Siempre que sea una decisión personal estaría de acuerdo. Pero si es porque la organización y la estructura de la sociedad no permite otra opción, entonces tenemos mucho que trabajar y que avanzar. Y hay que avanzar en lograr que mujeres que desempeñan un rol importantísimo y, a veces, desproporcionado en ciertos campos (véase trabajadoras sanitarias, cuidadoras del hogar, cuidadoras de personas mayores en residencias…) sea remunerado al nivel que corresponde. Y tengamos en cuenta que los datos nos dicen que más del 50% de las mujeres trabaja en la economía sumergida, lo que plantea un gran problema dentro de unos años. |
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