140.000 visitantes y casi 4.000 expositores son unas cifras de vértigo que sólo pueden ir de la mano de un evento que rezume potencia. Alimentaria ha llegado por derecho a ese Olimpo Gastronómico reservado a unos pocos, convirtiéndose en una de las ferias de alimentación más potentes del planeta. Con esta carta de presentación, está claro: La EICJ tenía que estar allí.
Parte del Equipo EICJ se desplazó hasta la Ciudad Condal para formar parte de este festival de paladares cargado del mejor sabor. Y no defraudó. El Pabellón Intercarn mostró un despliegue de productos muy especiales, de fantástico jamón y de visitantes bullendo a la zaga de ese producto deseado. Pero… (siempre hay un “pero” y esta ocasión no tenía por qué ser diferente ¿no?) algunos de esos exquisitos jamones no mostraban todo el potencial que hubieran permitido sus nobles orígenes.
El Corte estaba poco cuidado, la limpieza parcial, del todo olvidada, y la presentación “ni estaba, ni se la esperaba”. De esta forma, un producto inmejorable se hacía mediocre y los comerciales del stand perdían buenos argumentos para enamorar con su producto a compradores dispuestos a llevarlo a todos los rincones del planeta. Una auténtica pena.
Esa es una de las labores del Cortador Profesional: Ser un Embajador del producto, saber ponerlo en valor, que siempre sea un objeto de deseo. Y eso, en algunos stands, se olvidó por completo, perdiendo oportunidades de negocio y no haciendo brillar como se merece un producto de 10.
Afortunadamente, otros tantos, supieron sacarle el máximo rendimiento a las piezas, con cuidada presencia y mejor puesta en escena. Convirtieron al jamón en una pieza que decía a gritos sus cualidades, que invitaba a ser adquirida. Y esa fue para los fabricantes de jamón la mejor de las noticias.
Enlace:
http://escueladeljamon.com/index.php/es/noticias-escuela-del-jamon/39-una-alimentaria-jamon-jamon
Parte del Equipo EICJ se desplazó hasta la Ciudad Condal para formar parte de este festival de paladares cargado del mejor sabor. Y no defraudó. El Pabellón Intercarn mostró un despliegue de productos muy especiales, de fantástico jamón y de visitantes bullendo a la zaga de ese producto deseado. Pero… (siempre hay un “pero” y esta ocasión no tenía por qué ser diferente ¿no?) algunos de esos exquisitos jamones no mostraban todo el potencial que hubieran permitido sus nobles orígenes.
El Corte estaba poco cuidado, la limpieza parcial, del todo olvidada, y la presentación “ni estaba, ni se la esperaba”. De esta forma, un producto inmejorable se hacía mediocre y los comerciales del stand perdían buenos argumentos para enamorar con su producto a compradores dispuestos a llevarlo a todos los rincones del planeta. Una auténtica pena.
Esa es una de las labores del Cortador Profesional: Ser un Embajador del producto, saber ponerlo en valor, que siempre sea un objeto de deseo. Y eso, en algunos stands, se olvidó por completo, perdiendo oportunidades de negocio y no haciendo brillar como se merece un producto de 10.
Afortunadamente, otros tantos, supieron sacarle el máximo rendimiento a las piezas, con cuidada presencia y mejor puesta en escena. Convirtieron al jamón en una pieza que decía a gritos sus cualidades, que invitaba a ser adquirida. Y esa fue para los fabricantes de jamón la mejor de las noticias.
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